viernes, 21 de marzo de 2014

La comarca de la Terra Alta

En nuestra andadura por las regiones vitivinícolas de España, no podíamos pasar por alto una de las comarcas donde el vino es una importante fuente económica y cultural de la zona, se trata de la Terra Alta

Enclavada al sur-oeste de la província de Tarragona, límita con Aragón y se encuentra en una altiplanicie al margen derecho de la ribera del río Ebro, siendo una zona rodeada de pequeñas montañas, las pre-litorales que permiten la entrada de vientos de influencia marítima por su proximidad al Mediterráneo y al oeste con Els Ports, estribaciones del sistema ibérico que comparten las provinias de Tarragona, Teruel y Castellón, de importancia vital para la regulación del clima de la zona.


La zona basa su economía, principalmente, en la agricultura de secano, siendo viñas, olivos y almendros los cultivos predominantes. Con un clima mediterráneo continental, las temperaturas son bastante suaves, ya que pese a la altura de algunas poblaciones, la influencia del mediterráneo suaviza las condiciones climáticas, siendo la temperatura media anual de unos 15º C.


A nivel turístico hay algunos municipios con un gran valor paisajístico, zonas de excursiones como al balneario de la 'Fontcalda', visitar la sierra de 'Els Ports', recorrer la 'Vía Verda', antigua via del tren, ahora convertida en un sendero para andar o ir en bicicleta, visitar el patrimonio inmobiliario de los pueblos, algunas bodegas se pueden visitar (aunque hay poca oferta enoturística), los centros de interpretación de la 'Batalla del Ebro' (cruento episosdio de la Guerra Civil española) y disfrutar de la gastronomía de la zona, buenos vinos, buen aceite y platos típicos de interior muy adecuados al clima y la zona.


Aunque la capital de la comarca se encuentra en Gandesa, nosotros hicimos nuestro cuartel general en Batea, desde donde fuímos vistando las distintas poblaciones de la zona, desde el límite con Aragón (Arnes) hasta el rio Ebro (Móra la Nova), los paisajes son bastante bonitos en esta época del año, destacando los almendros en flor, las viñas recién labradas y podadas, los olivos que marcan lindes entre caminos y parcelas y flores típicas de montebajo mediterráneo (romeros, tomillos, ...).



Respecto a la producción de vino, como comenté antes, la viña forma parte del paisaje y hay bastante superficie plantada, pequeñas parcelas situadas en terrazas que se cultivan para producir fundamentalmente vino. La comarca tiene su propia denominación de origen (DO Terra Alta) y los agricultores y productores adscritos a ella han sabido posicionar sus productos en el panorama vitivinícola mundial, siendo una cantidad importante la que exportan, el mercado local también es partícipe del consumo.


La situación geográfica de la zona hace que los vientos cargados de humedad que provienen del mar y suben a través de la cuenca del río Ebro, aquí llamado Garbinada, aporten un respiro tras fuertes horas de insolación, mientras que el Cierzo es un viento seco del oeste que resta el poco aporte hídrico de la comarca, pero que para la viña es fundamental para no desarrollar hongos y otras enfermedades relacionadas con exceso de humedad en la planta.


Por otra parte las parcelas se organizan en terrazas para aprovechar el exceso hídrico de las más altas, y margenes de piedra delimitan las mismas a la vez que permiten que se pierda suelo de cultivo e incluso delimitan cultivos como olivos y almendros. En los suelos de cultivo son característicos las formaciones tipo panal, son sedimentos de limo, arcillas y arenas que se formaron debido al intenso viento que sopló durante la sedimentación de los suelos, siendo singulares para el cultivo de la vid y el olivo. Arenas, limos y calizas, junto con sedimentos en forma de guijarros ('codols'), forman los suelos más característicos en diferentes proporciones según si es una zona más alta y montañosa o se trata de una llanura.


Las horas de insolación del territorio son bastante altas, con lo que cobra importancia los vientos húmedos que suavizan las temperaturas, sobre todo por las noches, siendo la diferencia térmica importante para el desarrollo de una excelente maduración de las uvas. Así pues, los vinos son fruto de una maduración con mucho sol, clima seco, pero suave, suelos poco fértiles pero con buen drenaje que permiten que la planta arraigue profundamente y producciones de excelente calidad.


Las variedades que se encuentran en la zona son predominantemente la Garnacha, Cariñena, garnacha blanca y adaptadas como la Syrah, que forma parte de los 'coupages' de vinos tintos en su mayoría. Hay otras variedades minoritarias como Merlot, Cabernet Sauvignon y algunas recuperadas como la Morenillo o la Garnacha Peluda.


Un tercio de la garnacha blanca mundial se encuentra en esta zona, dando lugar a producir vinos blancos muy característicos, sutilmente aromáticos pero carnosos en boca, jóvenes y madurados en roble,  fáciles para producir vinos de licor dulces y rancios y sobre todo bastante diferentes respecto a otros vinos blancos de variedades conocidas.


Los tintos tiene cuerpo y alma, son bastante alcoholicos, el carácter mediterráneo de las garnachas y cariñenas que, con una crianza relativamente corta (en muchos casos), se van redondeando sin perder la fruta, quizá sean el fiel reflejo del terruño y de las horas de sol que maduran sus frutos. Hay que entender el 'terroir' para comprender las características del vino, pero desde luego la tipicidad es bastante singular y poco se parecen a los que se elaboran en vecinas zonas como Montsant o Priorat.


Si hablamos de bodegas, los 'cellers' que es como aquí se denominan, están en las mismas poblaciones, en casas donde se hacía el vino, manteniendose 'trullos' o depósitos subterráneos para la conservación del vino y añadiendo modernos depósitos de acero inoxidable para el control de la fermentación y guarda de los vinos. En esta zona también se formaron cooperativas a principios del siglo XX, siendo los edificios de algunas de ellas verdaderas joyas arquitectónicas que algunos denominan Catedrales del Vino y que tiene a la de Pinell de Brai como la más representativa de éstas en la zona, auqnue ya no se elabore vino en ella.


La visita nos proporcionó una gran satisfacción a nivel paisajístico, vitivinícola y personal, pues nos permitió disfrutar de muchas imágenes y sabores que permanecen en nuestro recuerdo y que pensamos repetir.


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